La Mujer Iyanifa






                       LA MUJER IYANIFA.
         LA MUJER Y SU INCURSIÓN EN IFÁ-

(Conferencia dada por Chief Oluwo Ifashade Odugbemi)






Ciertamente todo lo que se hace en Ifá y todo lo que no se puede hacer en Ifá, debe estar reflejado en su Corpus, o mejor dicho, en sus Odus. Sin embargo, versiones de Corpus Ifá (Tratados de Ifá), hay muchas, completas e incompletas, y en varios idiomas. También es sabido que la autoría de tales tratados mayormente se desconoce, o sea, que respecto a éstos no se sabe quien los ha escrito, cuando, ni como, ni porqué. De la procedencia de otros –los menos-, puede conocerse su génesis, pero no es lo usual. Al respecto, es bien conocido que muchos babalawos investigadores dedican gran parte de sus vidas a recopilar Odus de distintas procedencias (unas conocidas y otras no), a fin de enriquecer sus conocimientos de Ifá.

Sin embargo, esta labor recopilatoria tiene sus peligros y, el más sobresaliente de ellos, es la existencia de Odus adulterados, cuyos contenidos originales han sido manipulados a través del tiempo por personas desconocidas con intenciones que no pueden ser precisadas con exactitud. Por consiguiente, se aconseja por los especialistas en la materia que, los babalawos a la hora de legitimar o dar por buenas las prescripciones de un Odu de Ifá, deben verificar muy bien -en lo posible- la procedencia, la coherencia y la racionalidad del mensaje y que, a dicho Odu, le pueda ser aplicada con resultados positivos la regla del análisis por octava estipulada por el prestigioso Prof. Wande Abímbola en su libro “An Exposition of Ifá Literary Corpus”.

Buscamos una legitimidad en algo que ha surgido del boca boca de un pueblo y por ende existen muchas letras puestas de más y otras puestas de menos

Por lo dicho, los especialistas (antropólogos, académicos e investigadores religiosos o laicos), ante el desconocimiento básico de la procedencia exacta de los Odus Ifá, exigen que el mensaje de un Ese (historia, leyenda, cuento o mito) de un Odu Ifá, para ser reconocido como tal, deberá ser coherente desde el principio hasta el final y no debe presentar contradicciones en su argumento principal. Es una situación similar a la que se daba antiguamente cuando los especialistas de la iglesia católica estudiaban minuciosamente las decenas de Evangelios que se les presentaban y ellos debían decidir cuales se aceptaban como auténticos y cuales no. En este caso sucede prácticamente lo mismo, aunque las Tradiciones Religiosas Orishas Yorubas desafortunadamente no cuentan con un cuerpo de especialistas a su servicio para tales menesteres, lo que quiere decir, que las investigaciones se llevan a cabo de manera no colegiada, o sea, que responden más a intereses intelectuales mayoritariamente no religiosos.

Llegados a este punto ya sabemos que existen Odus Ifá de indiscutible autenticidad, mientras que existen otros de dudosa procedencia y de discutible veracidad. Pero, ¿cuáles son unos y cuales los otros?. Realmente, con exactitud, eso no lo sabe nadie aún. Lo que tenemos en la mano no puede ser definitivamente autenticado. Es por ello que no existe un Libro Sagrado Único de Ifá todavía que sea Universal, porque aún no hay consenso al respecto entre los Oluwos y babalawos del mundo, es por ello que sobreviven muchos Tratados de Corpus Ifá diferentes en África y en el resto del mundo.

¿Por que no existe una unificación de criterios dentro de esta religión?
Si debemos continuar con la filosofía de que cada maestrillo tiene su librillo, entonces atengámonos a las consecuencias que esta condición trae consigo y respetémonos los unos a los otros.
Por lo tanto, y ahora entrando en materia, se ha llegado a la conclusión que el único Odu Ifá que le dedica mas atención al tema de la mujer con respecto a la posibilidad o no de ejercer el sacerdocio de Ifá, es el Odu Írété Ogbé. No existe otro en todos los Corpus Ifá existentes en el mundo que aborde este tema de la manera en que lo hace este Odu.
Sin embargo, las diversas interpretaciones que se han dado y se dan a este Odu representan la manzana de la discordia entre los babalawos. Mientras unos interpretan que este Odu prohíbe a la mujer ser iniciada en el sacerdocio de Ifá, otros interpretan lo contrario, o sea, que la mujer sí puede ser sacerdotisa de Ifá (Iyanifa).
De este antagonismo se derivan tres tendencias específicas:
1ª.- Los que se oponen totalmente al Ifá en las mujeres.
2ª.- Los que aceptan el Ifá en las mujeres, pero no las presentan a Odú (Ígbá Íwá).
3ª.- Los que aceptan el Ifá en las mujeres, pero sí las presentan a Odú (Ígbá Íwá).

Ahora se preguntarán, ¿porqué existen estas agudas divergencias tan antagónicas? Pues existen por las diferentes y contrapuestas interpretaciones que los babalawos de diversas partes del mundo le han dado al Odu Írété Ogbé (Irete Untelu) Así resulta que en muchas comunidades, templos y linajes religiosos yorubas –donde se practica la Religión Yoruba Tradicional-, en Nigeria, Benin y en casi todos los Ilés Orisa Yorubas de Norteamérica, se ordenan constantemente mujeres en el sacerdocio de Ifá, y a simple modo de unos pocos ejemplos véase y compruébese -si se quiere- la siguiente información relativa a lugares y personas que ordenan y/o aceptan a la mujer en Ifá:

Muchas comunidades, templos, y linajes religiosos yorubas, donde se práctica la religión tradicional yoruba, Nigeria, Benin y en casi todos los iles Orisas Yorubas de Norte américa se ordenan constantemente mujeres en el sacerdocio de Ifá.

* Oluwo Chief Fágbémí Ójó Álábí (Oluwo del estado de Ogun, Nigeria).

* Oluwo Adébóyé Oyésányá (Oluwo principal del templo Íjó Órúnmílá Átó de Lagos, Nigeria).

* Oluwo Fágbémí Ájánákú ( Ex-Arabá de Lagos, Nigeria, y padre de la Iyanifa y sacerdotisa de Osún, la Sra. Jókóótífá Ájánákú Scott, de Lagos).

* Oluwo Chief Ójéríndé (Oluwo de Oyétóro, Nigeria).

* Oluwo Chief Kékéréáwó (Oluwo de Sáála Village, Nigeria).

* Oluwo Chief Fádéyí (Ojúgbúna de Oyétóro, Nigeria).

* Oluwo Chief Opláónúpékun (Erínmí Ópé de Ïérékú, Abeokutá, Nigeria).

* Oluwo Chief Olú Adéoyé (Oluwo Ilédí Aborigin, Abeokutá, Nigeria).

* Oluwo Afolabi Epega (Lider religioso del linaje Epega, de Ode Remo, estado de Ogún).

* Oluwo Chief Malomo Ágbéde (Lider del linaje Ágbéde de Éjígbo, Lagos, Nigeria).

* Awo Study Center de Norteamérica (Awó Fa’lókun Fatumbi y Chief FAMA’S).

* Ifafoundation de Norteamérica (Oluwo Philip J. Neimark Fágbámila).

* Ooni Osejeiman Adefunmi I (Yoruba African Village de Norteamérica. La Comunidad Yoruba de Norteamérica).

* Ilé Orisa Sangó de New York (lidereado por Iyanifa Ifasina)

Que Olofi bendiga a estos religiosos y que continúen luchando por el innato derecho de la la mujer a crecer en sabiduría y corazón.

Adicionalmente existen en Nigeria y Benin cientos de Ilés Orisas integrados a diferentes linajes religiosos que aceptan y ordenan a la mujer en Ifá. Lo mismo sucede en EE.UU donde se cuentan por decenas los Ilé Orisas Yorubas donde se practica la Religión Yoruba Tradicional y en los cuales el sacerdocio de la mujer en Ifá es algo natural. También pueden ser consultados algunos libros que especialmente tratan este tema, a saber: “Fundamentals of the Yorubá Religion”, cuya autora es la Iyanifa (sacerdotisa de Ifá), Áíná Adéwálé-Somadhi, Chief FAMA. “Bases de la Religión Yoruba”, cuyo autor es el Patriarca D. Olarimiwa Epega (Oluwo), padre del actual Oluwo Afolabia Epega, director del Imole Oluwa Institute (Centro de Altos Estudios de Ifá), de Lagos, Nigeria.
En fin, ejemplos de la mujer en Ifá hay por doquier, repartidos entre Nigeria, Benin y EE.UU. Ejemplos que además pueden ser perfectamente verificados… ¡Ah, y las mujeres Iyanifas gozan de perfecta salud hasta que, como todas las mujeres y hombres del mundo, un día se enferman y mueren como todos!. O sea, que ninguna se muere, ni le caen maldiciones supersticiosas como aseguran algunas personas.

El sacerdocio en Ifá de la mujer es algo natural.
Y, ahora, como muestra de los sectores que se oponen al Ifá en las mujeres, cuya interpretación del Odu Írété Ogbé es completamente contraria al sector que someramente hemos examinado, nos encontramos en primer lugar a todos los seguidores del sincretismo yoruba-católico “Ocha-Ifá cubano”. O sea, que todos los babalawos cubanos se oponen al Ifá en las mujeres debido a su particular interpretación del Odu en cuestión.

Es precisamente de ese tabú originado en Cuba que nacen los mitos y las fantasiosas leyendas relacionadas con la improbable muerte o enfermedad de las mujeres que vieran a Ódú (¡a pesar de que el fundamento de Ódú, Ígbá Íwá, no existe ni ha existido nunca en Cuba!). A tales efectos los cubanos se refieren al fundamento de Ólófín (el llamado Ódú de la Diáspora, que no es el fundamento de Ódú). Según algunos estudios realizados el Ólófin cubano puede haber tenido su origen en un fundamento de Ólófin que existe en Ifé, Nigeria, y el mismo se relaciona con Oduduwa. Pero, de cualquier manera, es un hecho incuestionable que los babalawos cubanos han establecido una fuerte creencia en la incapacidad de la mujer para ejercer el sacerdocio de Ifá-Orúnmila por las razones mencionadas y –gracias al éxodo iniciado por ellos a partir del año 1959 y por haber tenido ellos una gran influencia en la diseminación de su sincretismo yoruba-católico por todo el continente americano y hasta en Europa- hoy en día el tabú relacionado a la incapacidad de la mujer para el sacerdocio de Ifá está bastante arraigado en esas zonas de influencia mencionadas.

No obstante, desde hace unos años, a partir del momento en que muchos babalawos yorubas procedentes de Nigeria y Benin inician un movimiento migratorio hacia los EE.UU., el cual aún se encuentra en pleno apogeo, La Religión Yoruba Tradicional inicia un proceso de expansión en América que poco a poco se va proyectando a otras zonas del mundo y con ello la instauración de los conceptos propios de la auténtica Tradición Orisa Yoruba, los cuales difieren en muchos aspectos de los que hasta ahora se han conocido a través del Ocha-ifá cubano. De ahí el trauma que se crea en la mente de muchas personas a la hora de asimilar los cambios en las concepciones litúrgicas, entre los cuales encontramos la consagración sacerdotal de la mujer en Ifá (conocido por Itefa).

No hay que olvidar el sentimiento de machismo que vive el cubano con respecto a la mujer y esto también se ve reflejado en la religión.

Y, ahora muchos de ustedes se preguntarán, ¿Pero porqué unos interpretan el Odu Írété Ogbé de una manera, mientras otros lo hacen de otra manera? ¿Es que acaso el Odu no dice lo mismo para todo el mundo?. ¡Pues he ahí el problema!. Mientras unos aceptan el Odu, tal y como lo han presentado (no se sabe quien); otros sin embargo, ponen en duda la autenticidad de dicho Odu argumentando que en el mismo se reflejan evidentes contradicciones inaceptables que demuestran que ese Odu en algún momento sufrió una adulteración burda y muy poco sofisticada. O sea, que ahora tenemos a:

1º.- Los que le niegan el derecho al sacerdocio de Ifá a la mujer son los que aceptan el Odu Írété Ógbé -tal y como a ellos se lo han presentado (sin conocer su verdadera procedencia)-, y sin cuestionarse las evidentes contradicciones que presenta este Odu en su argumento.

2º.- Los que creen y aceptan el sacerdocio de Ifá en la mujer porque no admiten la autenticidad del Odu Írété Ogbé que le presentan debido a que reconocen que el mismo presenta una serie de contradicciones que hacen inadmisible su aceptación y, por lo tanto, ello determina que algunos sectores asuman diferentes actitudes en cuanto a la ordenación de la mujer en el mencionado sacerdocio. En este caso dichas diferencias estriban en que mientras unos presentan la mujer a Odu (sin permitirle que miré en el interior del llamado Cofre de Plata), otros sin embargo (los menos) sí le permiten a la mujer mirar dentro del mencionado cofre.

Ahora llegados a este punto ya estamos preparados para efectuar un análisis minucioso del mencionado Odu y llegar cada uno a sus propias conclusiones.

Dentro de esta religión debemos obligarnos a estudiar y no permitimos quedarnos rezagados. La mujer en Ifá, ¿porqué no?

“Orúnmila, tú aprenderás mi tabú: no quiero que tus esposas me miren la cara…” (palabras de Odu a Orúnmila, según el Odú Írété Ogbé).

Por estas palabras de Odu es evidente que ella no quiere que “las esposas” de Orúnmila le miren la cara…Entonces, queda claro que al resto de las mujeres no las incluyó en esta prohibición y, por consiguiente, éstas sí podrían verle su cara y su apariencia. De lo que se deduce que toda mujer que no fuese esposa de Orúnmila “podría verle la cara y la apariencia a la deidad…”.

Sin embargo, las esposas de Orúnmila, a pesar de que se les prohibió “mirarle la cara a Odu”, “sí podrían seguir viendo la apariencia de esta deidad”, porque al respecto esta última no dictó prohibición alguna.

Por lo dicho, si ahora aplicásemos estrictamente el mensaje implícito en las palabras de Odu a la liturgia contemporánea de Ifá, tendríamos que aceptar forzosamente que las esposas de los babalawos (en este caso en representación de las esposas de Orúnmila), no podrían mirar dentro del Fundamento de Odu o Igba Iwá, aunque sí podrían ver su apariencia (el Fundamento, exteriormente), o lo que es lo mismo, que ellas pueden ser “presentadas” (se supone que a distancia) ó estar cerca del Fundamento de Odu (Igba Iwa), siempre que no miren el contenido de su recipiente (significando esto último el acto de mirar la cara de Odu).

Al resto de las mujeres no las incluyó en esta prohibición.

Pero, continuemos con el análisis…
“He de pelear contra todo aquel que ose mirarme la cara. Contra todo aquel que mire mi apariencia…” (palabras de Odu a Orúnmila, según el odu Írété Ogbé).

Está claro en este párrafo que acabamos de leer que –excepto las mujeres que no son esposas de Orúnmila (porque así ya lo dispuso antes la poderosa deidad femenina)-, nadie podría mirarle la cara ni la apariencia a Odu… O sea, que el mensaje de la poderosa deidad a Orúnmila podría ser resumido de la siguiente manera: “que solamente las mujeres que no fuesen esposas de Orúnmila serían las únicas autorizadas para verle la cara y la apariencia a Odu…”.

Y, por lo visto hasta aquí, la siguiente pregunta es inevitable: ¿Y, los hombres que?. Pues sencillamente, hasta ahora nada… Ni los hombres, ni las esposas de Orúnmila podrían verle la cara a Odu… Pero, es evidente que los hombres quedaron mas limitados todavía que las esposas de Orúnmila. Éstas no podrían verle la cara a Odu, pero sí su apariencia… ¡Mientras que los hombres no podrían ver de Odu, ni la cara ni la apariencia!. Así de claro… Y, no hay más. Al menos esto es lo que dice Írété Ogbé hasta al momento… Veremos lo que sucede más adelante.

”Ninguna mujer podrá verte…” (palabras de Orúnmila, según el mismo odu de Ifá).

Es evidente que en esta expresión de Orúnmila nos encontramos con una gran contradicción entre las dos deidades… Es por ello que debemos sopesar la gran diferencia existente entre lo dicho por Odu (“no quiero que ninguna de tus esposas me mire”), y lo que después se le atribuye al propio Orúnmila respecto a lo mismo (“ninguna mujer podrá verte”)…

¡Tamaña contradicción entre dos poderosísimas deidades!. Que por un lado Odu esté dictando un tabú exclusivamente dedicado a las esposas de Orúnmila, mientras que por el otro vaya Orúnmila reinterpretando el mismo tabú de manera diferente y dedicándoselo a “todas las mujeres de este mundo…”.

¿Por que surge la contradicción? Pero, continuemos con el análisis, pues aún hay más…

“Odu, tu has de completar el poder de mis hijos, pero ninguna de sus esposas podrá mirarte y ninguna mujer podrá verte. Desde ahora ningún Babalawo estará completo si no posee a Odu, y no podrá consultar Ifá hasta el día que él reciba a Odu…” (palabras de Orúnmila, según el mismo odu de Ifá)
Esposas y mujer no son lo mismo y por qué esta separación de criterio.

Ahora, después de leer este párrafo es mayor nuestra incertidumbre. Aquí percibimos a un Orúnmila injusta y sospechosamente “machista”… Aquí, nos dan a entender que Él habla de “mis hijos” en masculino (evidentemente ya descartada la mujer como “hija” iniciada en su sacerdocio), y vuelve a ratificar “que ninguna mujer podrá mirar a Odu” (y, ¡aquí vuelve a ir más allá del entorno de sus esposas!). O sea, de manera sospechosa Él le sube el listón a Odu, pues no solo se limita a cumplir el dictado restrictivo de la deidad sobre sus esposas, sino que, incomprensiblemente lo extiende a todas las mujeres del mundo…

¿Pero, porqué lo hace?
¿Acaso Él no comprendió que Odu desde un principio solamente se había limitado estrictamente a prohibir a sus esposas y a los hombres que mirasen su cara y su apariencia…? ¿Entonces porqué esta extraña contradicción…?

Por otro lado, ¿qué “motivos lógicos” tendría Orúnmila para expresar que Odu completará el poder de sus “hijos” (¡varones!), sentenciando que a partir de ese momento todo Babalawo (¡varón!), no estará completo si no posee a Odu, e incluso, que aquellos no podrían ni tan siquiera consultar Ifá mientras no recibieran a la deidad en cuestión?
Discriminación dentro de nuestra religión; es aquello que nunca deberíamos permitir.

Reitero que es evidente que hasta aquí nos encontramos con preocupantes contradicciones entre lo expresado por Odu y lo dicho por Orúnmila. Pero, veamos ahora una especie de resumen de todo lo examinado hasta el momento…
1º - Odu expresa que no quiere que las esposas de Orúnmila miren su cara.
2º - Odu, no prohíbe a las esposas de Orúnmila que miren su apariencia.
3º - Las únicas criaturas autorizadas por Odu para ver su cara y su apariencia fueron las mujeres que no fuesen esposas de Orúnmila, o sea, el resto de las mujeres del mundo.
4º - Odu prohíbe terminantemente a los hombres y, al resto de las criaturas, que miren su cara y su apariencia.
5º - Orúnmila determina que ninguna mujer podrá ver la cara de Odu.
6º - Orúnmila no prohíbe que las mujeres en general vean la apariencia de la deidad.
7º - Orúnmila “asume” que los babalawos fuesen hombres cuando se refiere a ellos como a “mis hijos”, en masculino, descartando a la mujer de su sacerdocio.

La mujer juega un papel importante dentro de la religión y existen algunas comunidades en África que es el origen de todos, en donde la mujer es quien utiliza los sistemas de adivinación y no el hombre
Y, ahora, después de leer este resumen nos enfrentamos a una situación aún más confusa y embarazosa porque a simple vista se observa que en este asunto Odu va por un lado y Orúnmila por el otro…¡No se ponen de acuerdo!. Pero, ¿y qué nos dice todo esto..?. Veamos…
Pues, que mientras Odu solo acepta que la miren a la cara y que vean su apariencia “solamente las mujeres que no fuesen esposas de Orúnmila”, este último, por otro lado, haciendo caso omiso al tabú dictado por la poderosa deidad femenina, por extraño y contradictorio decreto, autoriza únicamente a los hombres, no solo a mirar la cara y apariencia de Odu, si no, ¡a recibir el Fundamento o Cofre Plateado de la deidad..!. Y, desconoce y desautoriza totalmente a la mujer (sea esposa de Él o no), a mirar la cara de Odu, y por ende, a recibir a su Fundamento…
Llegados a este punto ya no queda otra alternativa que llegar a conclusiones propias porque el controvertido odu Írété Ogbé que nos presentan no las ofrece. Entonces tenemos…
“Por un lado a Odu defendiendo los derechos exclusivos de la mujer en detrimento de los derechos de los hombres, y un Orúnmila haciendo todo lo contrario a favor de los hombres y en detrimento de los derechos de la mujer…”.

¡El eterno dilema de los sexos! ¿Hombre o mujer…? ¿Mujer u hombre…?
Llegados a este punto –si nos limitásemos a cumplir lo dicho por Odu-, ahora podríamos interpretar que “las únicas que podrían ser Iyanifas (femenino de babalawos) “completas”, serían las mujeres que no fuesen esposas de Orúnmila, pues solo ellas podrían recibir a Odu. Entonces los hombres podrían llegar a ser babalawos “incompletos” porque no podrían recibir a Odu…¡ Y, entonces la categoría de Oluwos solo recaería sobre estas mujeres..!. Esta podría ser la interpretación más lógica de lo que dice este odu Írété Ogbé, pues la injustificable y contradictoria actitud que nos presenta de Orúnmila, no es creíble, debido a su falta de coherencia con el argumento principal del mismo.

Lo que dice Orunmila no es creible, debido a la contradicción de criterios que presenta.
Definitivamente que, “en esta versión” del odu Írété Ogbé que nos ocupa (cuyo origen real es completamente incierto y sospechoso), se le han atribuido de una manera absurda, irresponsable e irrespetuosa a dos poderosas deidades una de las más vulgares frustraciones y miserias que pueda exhibir el ser humano: el sentimiento discriminativo sexual (del hombre por la mujer y viceversa), lo cual pone en total tela de juicio la autenticidad del contradictorio mensaje expresado en el mencionado odu de Ifá.. Porque, sencillamente el mensaje expuesto en el mencionado odu “no es serio”, “no es coherente”, “es irrespetuoso”, “impreciso”, “contradictorio” y, simplemente, “inaceptable” porque ofende la inteligencia humana en detrimento de la intachable moralidad de las deidades y los Orishas, e intenta de una manera burda y flagrante plantar la semilla de un evidente sentimiento discriminativo hacia la mujer en un claro intento por atentar contra la igualdad entre ambos sexos. Y, esto nos debe llevar a la conclusión de que “no todos los tratados de odu Ifá que andan por ahí son auténticos, y que debemos ser cuidadosamente selectivos a la hora de aceptar tratados y odus Ifá…¡Y, más aún, a la hora de darlos como buenos y de aplicar sus enseñanzas en nuestras vidas cotidianas!. Al respecto, debemos buscar legitimación y autenticidad para no ser engañados y confundidos”.

"No es serio, no es coherente, es inaceptable, e irrespetuoso, ofende la inteligencia humana".

En gran medida todo esto ha dado al traste con las grandes controversias que existen hoy en día en cuanto a las iniciaciones Itefa de las mujeres en Ifá (las mujeres Iyanifas). Así, mientras unos abogan por el Ifá en las mujeres, otros se oponen tajantemente a ello. Lo que determina que en la actualidad existan lugares donde la mujer es discriminada en Ifá, mientras que en otros, su derecho a ser iniciada en el sacerdocio de este Orisa es plenamente reconocido. Y, llegados a este punto debemos estar conscientes que, salvo esta controvertida versión del odu Írété Ogbé, en todo el Corpus Ifá (incluidos todos los tratados existentes), no existe odu alguno que exprese claramente y, sin lugar a dudas, “que la mujer no puede ser sacerdotisa (Iyanifa) de Ifá”; ó que, “solo los hombres serán sacerdotes de Ifá (babalawos)”; ó que, “solo los hombres serán Oluwos porque serán los únicos que recibirán el Fundamento de Odu”; ó que, “la mujer no puede ser Oluwo porque no puede recibir el Fundamento de Odu”…Esta es la realidad y, como puede apreciarse, no da lugar a decantarse por el hombre o por la mujer en lo que respecta a los menesteres del sacerdocio de Ifá. ¡Lo demás es pura especulación!




































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