Orí nìkán
Lò tó Alàásán bá r’okun
Bí mo bá lówó lówó
Orí ni n ó ró fún
Oríí mi, iwó ni
Bí mo bá bímó láyé
Orí ni n ó ró fún
Oríí mi, iwó ni
Ire gbogbo tí mo bá ní láyé
Orí, ni n ó rò fún
Oríí mi, iwó n

KÚNLÉ A YAM ÈDÁ
A DÁYÉ TÁN
OJÚ NÍKÁN NI
Nosotros elegimos nuestros destinos en el cielo ( bajo a supervisión de nuestros ancestros)
Pero cuando llegamos a la Tierra
Nosotros llegamos a ser impacientes.


En muchas ocasiones las personas que me conocen por la filosofia Yoruba, me preguntan ¿Cómo llegó Ud. a esto? Y lejos de relatar tal y como fue, trato de simplificar la apariencia para ir a mi realidad a la cual quiero quitar toda clase de fantasia e ilusiones que no llevan a ningun punto……….entonces era muy joven y un espirítu insatisfecho y rebelde.

Nosotros ni siquiera podríamos comenzar si no hubiera evidencias en todo nuestro entorno que gente, antes que nosotros, ha buscado y encontrado formas de auto – perfección y así, han dejado para nosotros la imagen del Hombre Perfecto.

Nosotros no somos atraídos por principios morales abstractos, sino por un Ideal, como se encarna en héroes y santos de tiempos pasados. De ellos, las reglas morales derivan su autoridad y no al revés. Yo que nací Cristiana acepte la ética Cristiana, no porque sea lógica o científica, o porque se haya demostrado que funcione bien en la práctica – de hecho, muchos podrían afirmar que la ética Cristiana ha sido un terrible fracaso – sino porque lo vemos ejemplificado en la vida y hechos de Jesucristo, sus apóstoles y santos que Lo siguieron.

En la misma forma, los Musulmanes, que están bien conscientes de la ética del Corán (Qur’an) no se aplica en las condiciones de la vida moderna, están dispuestos a aceptar a Mahoma como el Hombre Perfecto – Insan-i Kamil. Los Budistas ven al Hombre Perfecto en Gotama Buddha; los Judíos, en Abraham y Moisés;los yorubas en Ifá; los Parsees en Zoroastro y los Hindúes en Rama o Krishna. Ellos son los iconos en los que algunos nos refugiamos buscando una transformación que no es necesario que ocurra conscientemente.

En un principio, es seguro que exista mucha fantasía y auto–engaño pero si miramos cuidadosamente, es siempre la atracción del Ideal el que le ha dado una dirección a nuestras vidas.
En torno a cada una de ellas, vemos una doctrina revelada y una forma de vida. Lo que no vemos es que cada uno de ellos es una Fuente, de la cual fluye un torrente de altas energías que hacen posible la transformación para sus seguidores. Todos los hombres están influidos por estas energías, aún si han rechazado las Sagradas Imágenes de las cuales fluyen, y de ésta forma, el potencial interno para la transformación que existe en todo hombre se forma o toma forma en sus mentes. Este es el Ideal que llama a cada uno de nosotros, y si la imagen del Hombre Ideal nos urge a responder, nos encontraremos embarcados en el camino a la transformación.

Muchas personas se quedan ‘pegadas’ (estancadas) en esta etapa porque les falta la discriminación para distinguir entre enseñanza auténtica y métodos artificiales y poco realistas. Se requiere valentía (coraje), así como discriminación, ‘empujar’ la búsqueda hacia adelante porque va a significar sacrificio de un tipo no acostumbrado. Por ejemplo, puede requerir de nosotros, reconocer que hemos cometido un error y estemos dispuestos a buscar de nuevo, separándonos a nosotros de otros que no pueden comprender la causa de nuestra insatisfacción y lo van a asignar a la impaciencia, celos u orgullo herido. La imagen del Ideal tiene que ser muy fuerte y clara si hemos de tomar el paso siguiente.

El paso siguiente es la transición de una condición general a un camino específico y particular. Nosotros leemos o escuchamos acerca de un método. Estamos impresionados por una persona o un grupo de personas a la que podamos conocer. Encontramos una serie de condiciones que hacen posible para nosotros el aprender, luchar y recibir ayuda. Nos enfrentamos a la elección entre seguir el camino que se nos ha abierto y mantenernos en la forma de vida en la cual hemos sido criados. Esto puede involucrar lucha y sacrificio. No estamos lo suficientemente cerca del canal de transmisión de conocimiento y de ayuda para ser capaces de hacer uso pleno de nuestra capacidad de esfuerzo.

Podemos estar convencidos que hemos ‘encontrado nuestro camino’ y que todo lo que necesitamos es persistir lealmente en la senda que hemos seleccionado. Hay todavía trampas (escollos) que no son fáciles de reconocer y evitar. De mi propia experiencia, yo podría decir que los riesgos en esta etapa son, principalmente, los siguientes:

Demasiada dependencia en una persona, antes que se establezca la verdadera relación maestro – discípulo. Esta relación pertenece a la etapa siguiente, pero demasiado a menudo, quien realiza la búsqueda imagina que no solo ha encontrado a su ‘verdadero’ maestro, sino que también ha sido aceptado como un discípulo. La verdad es que, en la etapa de las enseñanzas generales – la etapa exotérica, como se la llama a veces – no existe una responsabilidad personal ni hacia el maestro ni hacia quienes realizan la búsqueda.

Métodos que son demasiado limitados en su alcance y, a la vez, aplicados con demasiada rigidez. El fracaso en comprender que ninguna técnica es de una validez universal y que los resultados que den, van a depender de la etapa que ha alcanzado la persona que realiza la búsqueda y lo apropiado de las condiciones. Un método puede, por un tiempo dado, dar resultados alentadores, incluso asombrosos y hacer surgir la convicción en la mente de la persona que realiza la búsqueda que es el único y correcto método para él. Después de un tiempo, dejará de dar resultados y quien realiza la búsqueda frecuentemente va a ser informado que ésta es su propia culpa – porque no se ha esforzado lo suficiente o porque ha hecho fracasar su trabajo por una falta de lealtad y persistencia. El puede reconocer la considerable verdad en tales admoniciones y, sin embargo, ‘fallar en ver’ que él no puede intentar más esforzadamente y que las dudas que se le ha dicho que suprima, son consecuencias legítimas de su propia discriminación.

La falta de voluntad o la falta de voluntad que está bloqueando el camino. Esto puede ir desde el sacrificio material de posesiones hasta los más sutiles sacrificios de auto – voluntad o de auto – amor. Si la primera etapa se ha desarrollado normalmente, la persona que realiza la búsqueda va adquirir suficiente profundidad de visión, dentro de su propia naturaleza y debilidades, para reconocer sus apegos y comprender por qué es necesario un sacrificio.

Este riesgo surge cuando ‘el buscador’ ha encontrado el camino apropiado para él y aparece ante él la posibilidad de forjar ante él el lazo alumno – maestro y aún él no puede dar el paso mismo que permitirá al maestro ayudarlo. El maestro, frecuentemente, está obligado a aparecer como exigiendo algo que no es razonable o estar perdiendo interés en quien realiza la búsqueda. La desilusión y resentimiento pueden segar ‘al buscador’ a la oportunidad que está delante de él.

Es característico este ‘al revés’ del camino a la transformación, que cuando quien realiza la búsqueda está listo para culparse a sí mismo y se siente obligado a persistir, a pesar del fracaso, él, probablemente, debería cambiarse a un nuevo entorno; mientras que, cuando él siente que la culpa está en el maestro y que él no está siendo bien entendido, es recomendable que él debería sacrificar sus propios sentimientos y someterse, sin ninguna reserva, a lo que se requiere de él.

La cuarta etapa es, creo yo, marcada principalmente por el tipo de ayuda que puede recibir ‘el buscador’. Para comprender esto, debemos volver al concepto de una Fuente libremente elegida.

La energía puede fluir de una fuente, pero debe tener un canal o ésta será disipada y perdida. Los canales para las energías psíquicas son las personas. Tales personas son correctamente llamados Iniciados. Ellos no son, necesariamente, hombres o mujeres perfeccionados y pueden cometer errores, e incluso, extraviar su camino; pero, porque han permitido que les ocurra una acción específica, ellos se han convertido ‘en canales’ para transmitir energías superiores que pueden ayudar a la transformación de otros.

Existen docenas de formas en las cuales pueden operar los canales de transmisión. Yo he conocido varias y cada una es distinta. Esta es una de las características de la cuarta etapa: Ya no hay un patrón estereotipado reconocible. Todo está hermosamente ordenado y efectivo, pero es siempre específico a un momento dado, a un lugar determinado y a una serie de circunstancias. Cuando éstas cambian, el patrón se disuelve. tales oportunidades están disponibles en un momento en dado y en un lugar en particular y deben tomados en la forma peculiar requerida. Una vez que ha pasado el momento, la puerta se cierra o más bien, deja de existir. Un segundo punto es que para reconocer la oportunidad, uno tiene que haber alcanzado la etapa del propio despertar, en la cual la ayuda puede ser dada. Estos no son principios teóricos o abstractos: Yo he visto, una y otra vez, cuan cerca la gente ha estado de un maravilloso paso hacia adelante y ha desperdiciado su oportunidad. A menudo, estas mismas personas han estado convencidas de estar listas para hacer cualquier ‘sacrificio razonable’, para realizar un real paso adelante y, no obstante, no podían ‘ver’ que lo que se requería de ellos era, no solamente razonable, sino también obviamente necesario para su propio bien.

Nosotros nos apoyamos en una ‘muleta’, la cual se nos quita para obligarnos a caminar. Ponemos nuestra confianza en una persona, la que nos traiciona (delata), para enseñarnos a confiar en nosotros mismos. Hemos ‘probado y demostrado para nosotros’ que algún método o técnica es confiable y nos ayuda a progresar: Se nos ha dicho que este es un impedimento que debe ser desechado. Si en cada caso, encontramos la respuesta adecuada, descubrimos que una exigencia ‘no razonable’ era precisamente la forma correcta para proporcionarnos ayuda. Lo anterior no es difícil de comprender una vez que uno ha visto la operación de las leyes de riesgo. Solamente la interacción de procesos en conflicto, puede romper el círculo vicioso de repetir lo que ya no está cumpliendo ningún propósito.

Cuando hemos pasado por todas estas experiencias, estadios o pruebas yo humildemente, solo puedo decir que tan solo la alta energia en la cual comenzamos nuestro proyecto de transformación será la luz que nos guia e incita a seguir el proceso, es en su grandeza y simplicidad donde puedes llegar a fundirte en la unidad sin temor a caer pues si hemos aprendido a prescindir de los apegos, cosa altamente engañosa y difícil habremos llegado a un punto de calma real, de falta de miedos de ilusiones o deseos.

Allá encontramos la transformación habiendo perdido la
contaminación y la identidad engañosa

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